sábado, 6 de julio de 2013

Rafa Kas

Caminaban los ochenta con pie firme por el escenario del Trisquel. En su corta historia presumía de actuaciones memorables. El templo de la músca celta se mostraba en su máximo apogeo y aquel músico que aún no hubiera saboreado las mieles del santuario, se sabía incompleto. Era la dictadura de la música acústica, de la palabra, de la cultura nacionaliega. Sin alcanzar (ni pretenderlo) la esencia intelectual del Café Gijón, el Trisquel era el canon artístico asturiano del momento. Actores, poetas, músicos, asturianos, gallegos, irlandeses, incluso aquellos extraños compañeros de viaje llamados madrileños. Todo fluía en el cauce amable del folk. Aquella tarde se preparaba una nueva actuación. El bar estaba lleno como casi siempre y los artistas iniciaban el montaje de cables, amplis y demás instrumentos del maligno. Era realmente un momento especial. Hoy tocaba un grupo que unos decían que era de rock, en plan Queen, y otros que era de pop, en plan Radio Futura. Por entre las mesas se movía sin parar un muchacho poca cosa, de melena rubia y tez color blanco camarero. Hablaba rápido y gesticulaba nervioso, intentando decir no se qué a todo el mundo. De vez en cuando, volvía al escenario a dar instrucciones a sus compañeros bajo y batería, y regresaba al público a seguir comentando la jugada. Parecía que por fin, el mundo eléctrico iba a mostrarse en todo su esplendor, con un regimiento de watios dispuestos a saturar el local. El rubio parlanchín resultó ser el guitarrista. Se colocó fuera del escenario, porque la batería y el bajo lo ocupaban completamente. Enchufó la guitarra, miró a los otros dos músicos, asintió tres o cuatro veces con la cabeza, y se desató el infierno en Pedro Duro 12. De repente un chorro de notas golpeó a los presentes. En pleno intento de asimilar aquella cantidad salvaje de sonido, vi, perplejo, al que antes era un chavalín mutar en bestia parda. Una introducción de rifs, punteos y barbaridades guitarreras varias, acompañadas de una exhibición gimnástica de saltos y contorsiones, giros y flexiones, que ponían en serio peligro a los paralizados espectadores de las primeras filas, dieron paso a uha voz aguda y enloquecida que acabó de noquearnos. Nos mirábamos unos a otros esperando respuesta a un hecho sobrenatural. Yo jamás había visto nada igual. Quizás viera algo parecido en un documental de la dos en el que salía Ted Nugent. A mi lado, con mi misma cara de asombro, estaba Onofre. Onofre era un guitarrista al que llamábamos así por su parecido con Mark Knopfler. Onofre no paraba de repetir " vaya huevos que tiene este chaval, vaya huevos!". El espectáculo continuaba. Las caras de acojone se iban convirtiendo en gestos de alegría. La inicial parálisis dio paso a la posesión del ritmo. Todo el bar bailaba, gritaba y aplaudía. A mitad de tema, el enloquecido que brincaba a milímetros del respetable se marcó un solo de guitarra de caérsete los cojones al suelo. Durante un instante la peña puso la misma cara que los espectadores del punteo del "Johnny Be Good" que se marca Michael J. Fox en "Regreso al Futuro". Aquello fue la apoteosis. A mi me entró una risa floja que no era capaz de parar. El tema finalizó con el mítico despliegue de chan, chan, cataplán, poum. Nunca se había visto ni oído cosa tal. Todo el concierto continuó por los mismos derroteros. Aquel día, los ecos de las gaitas y violines fueron exterminados por una fuerza de la naturaleza. Muchas mas veces disfruté de este gran artista. Disfruté de cerca, sin amplificación, sin efectos, con una guitarra española tocando toda la noche sin repetir canción. Nadie sabe tantas canciones como él. Es, sin duda, el músico más grande que conozco. El más honrado. El más auténtico. Es nuestro Jerry Lee Lewis. Nuestro Brian May. Después de tantos años, solo puedo repetir lo de Onofre. ¡Que huevos tienes Rafa Kas!

9 comentarios:

  1. Admirable y merecido panegírico...
    ...y gracioso ¿Lo de Onofre ye mentira, no? jaja

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    1. Lo de Onofre ye completamente cierto.

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    2. Muy buenu el artículu Richi, genial descripción de Rafa. Ayer tuve en el Muddy`s y lo de siempre ¡QUE HUEVOS TIENES RAFA! Ñery.-

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  2. Susdcribo hasta le comes Richie. Desde esi día - y hasta que muerra- convirtiose en "El Pelos" como otru se fizo "The Edge". ;D

    Fernando

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  3. Habrá que escuchar a ese portento eh.. saludos Richi Ricardo

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  4. Ole!!! Ese es mi Rafa Kas. Mejor descripción, imposible!!!!

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